
Normalmente freímos las sardinas pero al horno ensucian menos, aportan menos calorías y están buenísimas.
INGREDIENTES
Para cuatro personas:
12 sardinas hermosas
Sal gorda
Un poco de aceite de oliva vírgen extra
CÓMO HACERLO
Unta una fuente de horno con aceite y esparce un puñado de sal gorda. Coloca encima las sardinas limpias de vísceras y vuelve a echar sal por encima.
Precalienta el horno al máximo durante unos cinco minutos, introduce la fuente y hornea las sardinas durante unos diez minutos, procediendo a darles la vuelta para dejarlas otros diez minutos (notaremos que están listas cuando la piel empiece a levantarse). Apaga el horno y déjalas reposar un minuto más.
La piel saldrá completa, conservarán todo su jugo y evitarás los molestos olores de las sardinas fritas, al margen del ahorro calórico. Rocíalas, si quieres, con unas gotas de limón.