
El conejo es una carne magra, repleta de proteínas de alta calidad. Al horno gana en sabor. El truco es no pasarse para que no se reseque.
INGREDIENTES
Para cuatro personas:
Un conejo partido en trozos pequeños
Sal, pimienta y hierbas aromáticas al gusto (romero, tomillo…).
2 ó 3 cucharadas soperas de aceite de oliva
4 cucharadas de vino blanco
CÓMO HACERLO
Colocamos el conejo, junto con todos los ingredientes, en un bol, le damos un par de vueltas y lo dejamos reposar durante un par de horas en un lugar fresco. La carne blanqueará por efecto de la maceración con el vino.
Precalentamos el horno a 200º durante diez minutos y luego introducimos el conejo con su salsa en un recipiente apto para horno a esa temperatura (dependiendo del horno algo menos, 180º) durante media hora. En ese momento removemos con una cuchara de madera para mezclar bien todo y dejamos diez minutos más hasta que esté dorado, cuidando de no pasarnos porque la carne puede quedar muy seca.
El acompañamiento ideal es una ensalada.