
Soy una fanática del pan. Es, junto con el café, una de mis debilidades. Pero puestos a comer pan, que sea bueno y, sobre todo, saludable. Estos panecillos de desayuno son una buena muestra de que se puede hacer un par sencillo, delicioso y sano.
INGREDIENTES
Para diez panecillos:
300 mililitros de leche templada (puede ser vegetal)
50 gramos de mantequilla (de la buena)
21 gramos de levadura fresca o 7 gramos de levadura seca de panadería (no confundir con la tipo Royal)
500 gramos de harina integral (yo usé de trigo pero puede ser espelta)
Una cucharadita de sal
Un huevo
CÓMO HACERLO
Puede hacerse en un procesador de alimentos o a mano.
En un caldero añadir la leche templada, la mantequilla a temperatura ambiente y la levadura. Cuando estén integradas (todo disuelto para lo que no es necesario calentar demasiado) añadimos la harina y la sal. Removemos con una cuchara de madera hasta mezclar un poco.
Preparamos una superficie enharinada y vertemos la mezcla. Amasamos hasta que quede homogénea (no debe pegarse a las manos). Unos diez minutos será suficiente. Colocamos en un bol y tapamos con un paño limpio, dejando reposar la masa una hora.
Hacemos un rollo con la mezcla y la dividimos en diez porciones más o menos iguales. Formamos panecillos que iremos colocando en una bandeja de horno a la que habremos puesto un papel encerado. Una vez colocados los panecillos humedecemos un cuchillo y les damos un corte diagonal no demasiado profundo. Dejamos reposar, tapados con papel film, media hora más, hasta que hayan aumentado volumen.
Precalentamos el horno a 220º fuego arriba y abajo sin ventilador.
Batimos el huevo y pincelamos generosamente los panecillos.
Introducimos en el horno durante diez minutos (o hasta que estén dorados, dependerá de la potencia del horno). Dejamos enfriar y a disfrutar.