
Las arvejas o guisantes compuestas era uno de esos platos que mi madre bordaba. Es una de las recetas que más me gustaban de las que preparaba y de las primeras que le pedí que me enseñara cuando me fui de casa. Es un plato delicioso, muy fácil de hacer y con un contenido importante en proteína vegetal e hidratos de carbono. Aunque en Canarias se suele acompañar de huevo duro picado la alternativa solamente con verduras queda muy rica.
INGREDIENTES
Una bolsa de 800 gramos de arvejas (guisantes) congeladas
Una cebolla hermosa
Dos dientes de ajo
Un bote de medio kilo de tomate triturado
Una cucharadita de tomillo
Media cucharadita de comino molido
Dos cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra (suficiente para sofreír la cebolla y el ajo)
Sal al gusto
CÓMO HACERLO
Podemos hacer todo en el mismo caldero y así ahorramos ensuciar. Que sea de base gruesa y no demasiado alto si es posible.
Lo ponemos al fuego y, una vez caliente añadimos el aceite. Cuando haya aumentado la temperatura añadimos la cebolla y el ajo que habremos picado finamente antes. Sofreímos a fuego no muy alto un par de minutos removiendo y agregamos entonces el bote de tomate, el tomillo, el comino y la sal. Bajamos el fuego y lo seguimos cocinando unos diez minutos, dándole vuelta de vez en cuando.
Agregamos las arvejas congeladas, removemos y dejamos cocinar a fuego medio/bajo hasta que estén tiernas (por lo general en unos 20 minutos o media hora estarán listas). Si lo consideramos necesario podemos añadir algo de agua pero hay que tener en cuenta que como las arvejas están congeladas ya soltarán bastante.
Servir y ¡a disfrutar!