Conocer a Carmen me cambió la vida, literalmente y en mayúsculas. Fui en el momento justo, cuando ya había tocado fondo, y no tanto por los kilos de más sino simplemente por lo que sentía. No quería vestirme, ni salir, me dolían las rodillas pero este proceso me ha dado vida.
Ahora me quiero y estoy segura de mí misma, me siento guapa y, lo más importante, estoy sana y en mi peso saludable: ¡lo mejor que he hecho! Siempre he tenido complejos, he sido la gordita del grupo, ahora no soy la más flaca, pero estoy orgullosa con mi volumen, mi agua corporal, mi masa muscular.
Más allá de un número, es asombroso como he bajado cuando menos «dieta» he hecho porque cuidarse no es dejar de comer. Yo nunca me levantaba del sofá, y ahora no hay día que no haga deporte. No puedo obviar todo lo que he aprendido, cómo ha cambiado mi relación con la cocina y cuidarme. No hay palabras para agradecerle todo, ni recomendaciones suficientes.
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